Título: La residencia de estudiantes
Título original: Domitorî (ドミトリイ)
Autor: Ogawa, Yoko (小川 洋子)
Traductor: Héctor Jiménez Ferrer
Traductor: Héctor Jiménez Ferrer
Editorial: Funambulista
ISBN: 9788-493-904-562
Nº de páginas: 110
PVP: 9'50€
Hoy traigo al blog La residencia de estudiantes de Yoko Ogawa. Más que un libro es más bien un relato corto, de esos que se leen en los trayectos del metro y del bus.
La historia empieza cuando la narradora y protagonista recibe una llamada de su primo pidiéndole ayuda para buscar una residencia de estudiantes. Entonces ella se acuerda de su época de estudiante y de la residencia en la que estuvo durante ese periodo. Inmediatamente se pone en contacto con el director de la residencia, un personaje de lo más peculiar: un señor algo mayor que debido a un accidente se quedó sin brazos y con una sola pierna pero que a pesar de su invalidez y de vivir solo siempre se las ha apañado bastante bien.
Una vez que el primo de la protagonista entra en la residencia surgen los misterios. Un día el sensei (que es así como llama la narradora al director de la residencia) explica que unos meses atrás un alumno desapareció misteriosamente sin dejar rastro, y esa fue la causa de que la fama de la residencia cayera en picado, haciendo que cada vez vinieran menos alumnos a alojarse. Otro misterio que a la narradora le preocupa: cada vez que viene de visita su primo siempre está ausente… coincidencia tras coincidencia la protagonista empieza a preocuparse… ¿y si los rumores sobre el sensei son ciertos…? A todas estas preocupaciones se le añade un tercer misterio: una mancha de color oscuro en la pared de la habitación del sensei… ¿qué será esa mancha? ¿De dónde procede? ¿Qué es lo que provoca que cada vez se expanda más en la pared?
Esta obra es un thriller interesante, donde nada es lo que parece. Lástima que las primeras páginas sean un poco lentas y al principio no tienes ni idea de adónde quiere ir a parar la autora con todo lo que nos cuenta. Únicamente las últimas páginas del relato son las que hacen acelerar el corazón por el misterio y las ansias de saber el desenlace… y qué desenlace!
Del 1 al 5 le pondría una nota de 3’5. La historia no está nada mal (sobre todo las páginas de tensión) pero lo que es el principio… no sé… no me ha convencido mucho. Es la segunda novela que leo de Yoko Ogawa, así que mucho no puedo decir. Pero de momento me quedo con La niña que iba en hipopótamo a la escuela.
Si queréis leer un fragmento online pinchad aquí
Mika
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Puntuación
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El papeleo apenas duró unos minutos. No hubo impedimento alguno para el ingreso de mi primo en la residencia. El sensei no dijo nada sobre aquella “especie de desintegración” que me había comentado por teléfono.
Mi primo, después de haber recibido las instrucciones habituales, firmó cuidadosamente el contrato, con letra inclinada. Era una fórmula sencilla: “Prometo llevar en esta residencia una feliz vida de estudiante”. Probé a susurrar la palabra “feliz” en lo hondo de mi corazón. Mientras fijaba la mirada en aquella promesa tan lírica, pensé: ¿Firmé yo acaso esta misma promesa? Intenté recordarlo pero no fui capaz de hacerlo. Ni el momento en el que el sensei me diera el contrato, ni la palabra “feliz” acudieron a mi memoria. Me percaté de que había olvidado algunas cosas importantes de la residencia de estudiantes.
Hoy traigo al blog La residencia de estudiantes de Yoko Ogawa. Más que un libro es más bien un relato corto, de esos que se leen en los trayectos del metro y del bus.
La historia empieza cuando la narradora y protagonista recibe una llamada de su primo pidiéndole ayuda para buscar una residencia de estudiantes. Entonces ella se acuerda de su época de estudiante y de la residencia en la que estuvo durante ese periodo. Inmediatamente se pone en contacto con el director de la residencia, un personaje de lo más peculiar: un señor algo mayor que debido a un accidente se quedó sin brazos y con una sola pierna pero que a pesar de su invalidez y de vivir solo siempre se las ha apañado bastante bien.
Una vez que el primo de la protagonista entra en la residencia surgen los misterios. Un día el sensei (que es así como llama la narradora al director de la residencia) explica que unos meses atrás un alumno desapareció misteriosamente sin dejar rastro, y esa fue la causa de que la fama de la residencia cayera en picado, haciendo que cada vez vinieran menos alumnos a alojarse. Otro misterio que a la narradora le preocupa: cada vez que viene de visita su primo siempre está ausente… coincidencia tras coincidencia la protagonista empieza a preocuparse… ¿y si los rumores sobre el sensei son ciertos…? A todas estas preocupaciones se le añade un tercer misterio: una mancha de color oscuro en la pared de la habitación del sensei… ¿qué será esa mancha? ¿De dónde procede? ¿Qué es lo que provoca que cada vez se expanda más en la pared?
Esta obra es un thriller interesante, donde nada es lo que parece. Lástima que las primeras páginas sean un poco lentas y al principio no tienes ni idea de adónde quiere ir a parar la autora con todo lo que nos cuenta. Únicamente las últimas páginas del relato son las que hacen acelerar el corazón por el misterio y las ansias de saber el desenlace… y qué desenlace!
Del 1 al 5 le pondría una nota de 3’5. La historia no está nada mal (sobre todo las páginas de tensión) pero lo que es el principio… no sé… no me ha convencido mucho. Es la segunda novela que leo de Yoko Ogawa, así que mucho no puedo decir. Pero de momento me quedo con La niña que iba en hipopótamo a la escuela.
Si queréis leer un fragmento online pinchad aquí
Mika