Título: Kitchen
Título original: Kitchen
Autor: Yoshimoto, Banana (よしもと ばなな)
Traductores: Mattsuura, Junichi y Lourdes Porta
Traductores: Mattsuura, Junichi y Lourdes Porta
Editorial: Tusquets, Colección Fábula
ISBN: 978-84-7223-837-4
Nº de páginas: 201
PVP: 7'95€
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Puntuación
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"Creo que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, no importa de quién ni cómo sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro. Si es posible, prefiero que sea funcional y que esté muy usada. Con los trapos secos y limpios, y los azulejos blancos y brillantes. (…) Sólo estamos la cocina y yo. Pero creo que es mejor que pensar que en este mundo estoy yo sola".
Así es como empieza Kitchen. Una historia triste sobre la soledad de las personas al perder a sus seres queridos, a los únicos seres queridos que les quedan en este mundo.
Mikage es una joven que pierde a su abuela, la única familia que le quedaba. Con la muerte en cada esquina de su casa, se siente sola y abatida. Hasta que un día conoce a Yuichi, un joven que vive con su madre (que en realidad es su padre) y que le pide que se vaya a vivir con ellos una temporada. Mikage no se lo piensa dos veces y acepta. Y así empieza una historia sobre la soledad y la muerte, pero también sobre la amistad y el amor.
Yuichi y Mikage son dos almas que han perdido a todos sus seres queridos y sienten un profundo vacío en su interior difícil de llenar. Pero al hacerse amigos y comprenderse mutuamente debido a las pérdidas que padecen, surge entre ellos dos una complicidad que más adelante se convertirá en amor. Con todo, estos dos personajes aprenderán a seguir adelante, porque, según Eriko, la madre de Yuichi, “el porcentaje de cosas amargas que me sucedan no variará. Yo no puedo decidirlo. Por eso comprendí que es mejor ser alegre”.
Además de Kitchen, en el libro hay otra historia, también relacionada con la muerte y la pérdida del ser amado: Moonlight Shadow.
Satsuki, la protagonista de esta historia, pierde a su novio en un accidente de tráfico. Y Shu, el hermano pequeño de éste, también pierde a su novia.
“Tanto yo como Shu, en aquellos dos meses, habíamos adquirido una expresión en el rostro que no teníamos antes. La expresión de quien lucha consigo mismo para no pensar en las personas que ha perdido”.
A pesar del tiempo y del dolor, siempre queda en el alma las ganas de volver a ver a esas personas que nunca más volveremos a ver. Ganas de decir el último adiós. Ganas de grabar en la mente sus rostros para no olvidarlos nunca.
“Pero, sin embargo, sus ojos y su cuerpo sólo decían una palabra. Él no la pronunciaría jamás. Si lo hiciera, sería una palabra amarga. Terriblemente cruel. Era… Vuelve”.
Pero como siempre, Banana Yoshimoto nos da unas palabras de consuelo para coger fuerzas y seguir adelante con nuestras existencias… Un hecho crucial les sucederán a Satsuki y a Shu: la ilusión de ver de nuevo a sus parejas.
“Habrá personas a quienes encontraré de nuevo. También habrá otras a quienes no veré jamás. Las que se van sin que yo lo sepa, las que simplemente se cruzan conmigo. Siento que soy cada vez más pura, intercambiando saludos con los demás. Debo vivir mirando cómo fluye el río”.
Mika